Esta es de las que diríamos “Etapas fáciles” pues además de ser corta (138 km), transcurre prácticamente en su totalidad por caminos parcelarios, no es montañosa, así que aprovecharemos el tiempo para hacer algo de turismo rural.

Tras recorrer 5 km por asfalto, llegamos a Villalobón y cogemos un camino en una rotonda. Para llegar a Valdeolmillos. Excepto alguna subida un pelín más complicada que la media de esta etapa, el resto es muy fácil. (11,5 km).

Utilizamos solo 1,1 km para enlazar con la siguiente pista, que a si vez dividiríamos en dos: La primera parte es muy parecido a lo que hemos recorrido hasta aquí, pero poco a poco va apareciendo más y más vegetación hasta que nos metemos en medio de La Dehesa de Espinosilla.  Aunque no lo parezca, la vía es legal y es posible que veas algún corzo y varios conejos. En cuanto al camino, hay alguna parte que puede resultar complicada con suelo mojado. Durante unos metros, el agricultor de turno ha invadido el camino y ahora es campo sembrado así que en mojado se te pueden hundir un poco las ruedas. (17,5 km).

Tras menos de 1 kn por la P-405, volvemos a coger tierra y bajamos un páramo con poco pendiente hasta llegar a Astudillo. (10,4 km).

Merece la pena dar una vuelta por las laberínticas calles de esta villa aunque sea en moto. Parada en lo alto del castillo para admirar el paisaje  y almuerzo en el Central, un bar de la Plaza donde sirven buenas tapas. Si vas con el pasaporte de La Ruta 47, te lo sellarán y te harán un descuento en lo que consumas.

Nada más abandonar Astudillo por la PP-4311, comenzamos nuevamente a rodar por pistas. Llegamos a La Cascajera, un buen lugar para darse un baño, y cruzamos un puente románico sobre el Rio Pisuerga que antiguamente servía de paso principal para todo el tráfico rodado. Hoy en día tiene prohibido el acceso pero con Quad o moto no hay problema. (4,3 Km).

Enganchamos nuevamente la P-405 para enlazar con la siguiente pista en un cruce a la derecha (1 km).

Comenzamos ahora el tramo más largo de la ruta, en el que pisaremos asfalto en un par de ocasiones pero no lo hemos tenido en cuenta por su corta distancia.

El tramo comienza en un ascenso a un páramo por una pista habilitada para el mantenimiento de un parque eólico. Durante un buen rato circulamos por el parque, que alterna con campos sembrados entre los que cada vez estamos más inmersos, hasta que descendemos el páramo con la bonita vista de Castrojeriz al frente. Esta es otra de las ciudades que deberías visitar en esta ruta. Yendo con un vehículo trail no puedes dejar de subir a su castillo, desde el que se admiran unas hermosas vistas y si sacas los prismáticos verás más de un peregrino que hace el Camino de Santiago.

Continuamos la ruta subiendo y bajando algún que otro páramo hasta que tras 50 km de marrón llegamos a la BU-627 (50.5 km)

800 metros en dirección sur y giramos a las izda para volver a las pistas. (0,8 km).

Continuamos por parcelarias de escasa dificultad. El firme es duro con gravilla, ideal para hacer algún derrape, hasta Páramo del Arroyo, donde la pista se convierte en la BU-V-6277, justo en la localidad de Páramo del Arroyo (9 km).

Circulamos 4 km  por esta vía hasta empalmar con la BU-622 que nos lleva hasta la Capital Burgalesa. (17 km).